La Fundamentación Teórica de una rama de las Humanidades, suele confundirse con un Dogma, los Fundadores de una corriente pueden volverse Profetas incuestionables, e ir en contra de un dogma te convierte automáticamente en Hereje, y es por eso que ramas enteras se convierten en Inquisiciones, donde no importa la Verdad, sino el Dogma.
Cuando un dogma se apodera de una Disciplina, usualmente la paraliza, la convierte en un zombie intelectual, en el que toda búsqueda de la verdad estará muerta, porque solo se puede jugar dentro de la estrictas reglas del Dogma, recitando de memoria las palabras del gran Profeta e ignorando todo aquello que no este de acuerdo con el, y así vemos como movimientos artísticos, filosóficos o políticos se inmovilizan, se radicalizan y se vuelven movimientos de odio, eso le ha pasado al socialismo, al nacionalismo y ahora podemos verlo con nuestros propios ojos con el Feminismo o el Ecologismo.
Un Humanista que se respete a si mismo, debe de poder comprender los puntos de vista de los demás, estudiar críticamente sus obras, aceptar los aciertos y refutar sus equivocaciones, desde una postura ideológica correcta.
Así, un Kantiano puede leer a Kosik y adoptar los puntos de vista coincidentes, o bien leer a Lakatos (intentando no morirse de la risa de lo que dice), y refutarlo desde un punto de vista Lógico (el punto fuerte del Kantismo), o bien desde la perspectiva de la Filosofía de la Ciencia de Kuhn, pero siempre buscando ka verdad (como la Demostrabilidad de las Matemáticas y sus limitaciones).
Pero al confrontar a un dogmático, esta dialéctica fracasa, porque ellos son incapaces de abandonar su Dogma, de criticar a sus Profetas o de darse cuenta de que lo que dicen no tiene sentido alguno, así la Pedagogía se ha vuelto una doctrina dogmática, en la que importa más la Opinión que la Experiencia, y la educación de la juventud es menos importante que seguir ciegamente las iluminadas e infalibles palabras de sus Profetas.
Evitar el dogma y enriquecer el conocimiento es fundamental en todo Humanista que se precie de serlo, destruir el pensamiento inquisitorial, leer a Santo Tomás o Marx solo debe de hacerse críticamente, sin Dogma, sin fanatismo, con la mayoría de los autores podremos encontrar aciertos y errores, pero solo sirven para iluminar el camino a la verdad, en la medida de que sean correctamente comprendidos, así Santo Tomás para el Matemático es un ejemplo de admirable construcción lógica, independientemente de si se cree en Dios o no, y para el Humanista es una delicia de leer, de hecho el solo hecho de disfrutar de la Lectura es lo que hace emocionante leer a muchos autores, de muchas corrientes: Gramsci, Descartes, Husserl, Schelling, Camoens, etc.
Casi podría apostar que muchas veces los Dogmáticos lo son, porque es el único autor que han leído, y sus libreros están llenos de obras de ese autor o de sus seguidores, jamas han reunido el valor de leer ninguna otra corriente, otros autores importantes, con ideas nuevas, diferentes y frescas.
Así que les recomiendo variar sus lecturas, leer a los grandes autores del Presente y del Pasado, el Dogma se destruye con el estudio, con la comprensión de muchas ideas complementarias, suplementarias e incluso contrarias, enriquecer la vida, Santa Teresa y Simone de Beauvoir serán opuestas, pero merecen ser leídas, Historia, Arte, Filosofía, y todas las demás; nos enriquecen la vida, ver y disfrutar de muchos puntos de vista, hacen que nuestra opinión este mejor fundamentada.
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